Trazabilidad e inspección de productos de alimentación infantil: Garantía de seguridad, calidad y transparencia

La contaminación del producto por cuerpos extraños.

Hay cuerpos extraños como trozos de vidrio, partículas de metal, piedras, huesos y trozos de plástico, que pueden causar la contaminación de los alimentos infantiles durante la producción. Las fuentes de contaminación son muy variadas y muchas veces son específicas del proceso. Por ejemplo, pueden encontrarse trozos de vidrio en los productos envasados en recipientes de vidrio, piedras en los cereales o huesos en los purés de carne. 
 

El llenado insuficiente.

En el proceso de producción puede haber imprevistos: un dispensador se obstruye y la bolsita no se llena correctamente, por ejemplo. Así como un llenado excesivo conlleva una desventaja económica para el fabricante, un llenado insuficiente puede suponer multas, demandas y la pérdida de confianza del cliente. Los consumidores y los legisladores esperan que el volumen y el peso del producto se correspondan con lo indicado en la etiqueta.

• El contenido inexistente.
  Cuando algún producto o componente no se encuentra en el paquete, los consumidores no se muestran satisfechos. Por ejemplo, cuando falta la cuchara en la leche de fórmula, el tapón de una bolsita o la tapa de un frasco.  
   
• La preocupación por la manipulación.
  Las lagunas en las cadenas de suministro pueden ofrecer a los falsificadores de alimentos una oportunidad para sus actividades fraudulentas. Estas pueden tomar muchas formas, pero lo cierto es que, una vez que surge la sospecha, los fabricantes deben retirar sus productos, como en el caso mencionado anteriormente, que ocurrió en el Reino Unido al principio de 2020.³

_{³ www.foodsafetynews.com/2020/01/baby-food-recalled-in-uk-due-to-tampering-fears/}

Las campañas de retirada de productos son perjudiciales para cualquier organización, ya que implican pérdidas financieras, la utilización de más recursos y un deterioro de la imagen de la empresa. El impacto económico que tiene para una empresa una retirada de productos es enorme. No solo causa una pérdida directa relacionada con el coste de reembolso, la logística inversa, la destrucción del producto y el trabajo adicional, sino que también causa otra pérdida indirecta relacionada con el daño a la identidad de la marca y a la pérdida de confianza del consumidor. 

Sin embargo, es posible evitar costosas campañas de retirada de productos, mediante una mejora del control de calidad del producto, a través de la inspección de alimentos infantiles, un sistema que detecta la contaminación del producto antes de que sea demasiado tarde.

Los sistemas de inspección por rayos X de Wipotec pueden solventar una gran variedad de problemas relativos a la calidad y seguridad de los productos por medio de: 

• La detección de cuerpos extraños 
• El control del nivel de llenado 
• La identificación de productos o componentes que faltan o están deteriorados 
• La comprobación del sellado correcto de la comida enlatada 
• La detección de fragmentos de vidrio en tarros o botellas de vidrio
• El control de peso, masa y volumen 

Uno de los requisitos legales imprescindibles para los fabricantes de alimentos es conseguir el peso preciso del producto. Los volúmenes de llenado o el peso del producto deben coincidir con los indicados en la etiqueta. El llenado insuficiente o excesivo puede llevar a demandas y reclamaciones por parte de los consumidores, o a menores márgenes de beneficio, debido a la continua pérdida de producto. 

Sin embargo, se puede reducir la variación del llenado y conseguir el peso objetivo de manera constante integrando sistemas de control de peso en la línea de producción. 
 

Para evitar el riesgo de llenado insuficiente, algunos fabricantes llenan sus productos un poco más de lo necesario, aunque esto no es rentable a largo plazo. Imaginemos un paquete de fórmula infantil, con un peso nominal de 500 gramos y un precio de venta al público de 2,00 € por 100 gramos. El producto se fabrica a un ritmo de 50 000 bolsas a la semana, 50 semanas al año. Por lo tanto, la fábrica produce 2 500 000 bolsas al año. Los ahorros generados por una simple reducción de 1 gramo en el remanente de cada bolsa pueden suponer un ahorro anual de 2500 kg de producto, o reducir la pérdida de ingresos anual en 50 000. Como los alimentos infantiles son productos relativamente caros, si se instala una controladora de peso para la inspección del producto en línea, la inversión realizada se verá amortizada en poco tiempo.